Aula, Montessori, Pedagogía

Cuidamos las emociones.

Cuidamos las emociones es el comienzo de una serie de 15 post en los que os voy a dar 15 claves del éxito de El aula del columpio. En el primer post os voy a hablar de cómo cuidamos las emociones de los niños en El aula.

Es el primero porque las emociones son lo más importante para nosotras.

Los niños tienen que poder expresar cómo se sienten en cada momento. Si se sienten contentos, tristes, enfadados… Para que los pequeños se sientan libres al expresarse, debemos darles espacio para hacerlo, sin censurar, poniendo palabras a sus emociones y atendiendo con respeto y afecto sus necesidades. Cuidamos las emociones En El aula del columpio, si los pequeños están tristes les cogemos en brazos, hablamos con ellos, intentamos que sientan que les escuchamos y les queremos. Que no están solos en la escuela. Si están enfadados, lo expresan sin censura y después, hablamos con ellos e intentamos entender que ha podido pasar. Aprendemos de cada niño, conocemos a cada niño, individualizando al máximo la enseñanza. Para nosotras es una prioridad atender siempre a un niño que llora, que está triste, que está nervioso o inquieto, que está enfadado o malito. Por supuesto también disfrutamos cuando están contentos que en realidad, es la mayor parte del tiempo. Les ayudamos a expresar sus sentimientos, les ofrecemos alternativas, hablamos con ellos, les ofrecemos nuestros brazos y nuestro cariño. Con todo esto conseguimos un clima en el aula de confianza, tranquilidad y seguridad donde los peques aprenden felices.

Todos estos planteamientos están avalados por estudios científicos.

María Montessori nos habló de la importancia del entorno afectivo para el adecuado desarrollo del niño, a través de su método de la Pedagogía científica. Actualmente, la Neurociencia estudia científicamente los mecanismos neuronales relacionados con la conducta y el aprendizaje. Esta ciencia nos habla de la importancia de un entorno donde el niño se sienta tranquilo y seguro para el aprendizaje. La importancia de la inteligencia emocional en el desarrollo de todas las etapas del niño. ¿Cómo trabajamos la inteligencia emocional? Sin censurar las emociones, hablando, atendiendo con cariño y calma las emociones como el miedo, la tristeza y el enfado. Compartimos y disfrutamos cuando nos sentimos tranquilos y alegres. Felicidad no significa estar siempre contento. La felicidad implica disfrutar de los momentos de alegría y aceptar con calma y serenidad otras emociones, como la tristeza o la ira, también muy necesarias. Os invitamos a reflexionar y profundizar sobre este tema, apasionante y necesario. Nosotras mientras, seguimos trabajando por la felicidad de vuestros hijos. Isa.