Lactancia, Maternidad
Lactancia materna: 3 aspectos fundamentales.
La lactancia materna es el alimento natural de nuestros hijos. Los bebés están preparados para mamar cuando vienen a este mundo y es el alimento especialmente diseñado para ellos.
Es verdad, que, por diversas causas, no todas las madres y bebés pueden tener una lactancia materna satisfactoria todo el tiempo que les gustaría. ¿Y por qué no? ¿Cuáles son las causas por las que una madre occidental no consigue amamantar a su bebé de forma exitosa?
Habría que valorar muchos factores, cada caso es diferente y cada mamá y bebé únicos. Pero hay algunas realidades a tener en cuenta. Voy a analizar 3 aspectos fundamentales que nos ayudarán a conseguir una lactancia satisfactoria.
1. No separar a la madre y al bebé cuando nace. Que no os separen. Es el momento idóneo para establecer la lactancia. Cuando el bebé nace necesita el cuerpo de su madre, piel con piel el máximo tiempo posible. Es como él espera ser recibido. Espera tus brazos, tu pecho, tu olor y tu calor. Es su hábitat y lo que va a satisfacer sus necesidades.
El pediatra y neonatólogo Nils Bergman nos habla de los inmensos beneficios del piel con piel y de lo esencial que es para el bebé comenzar la vida sin separarse de su madre. Los bebés humanos nacen muy inmaduros y la lactancia materna es la encargada de permitir a éste ser humano que acaba de nacer continuar su gestación fuera del vientre de su madre. La llamada «exerogestación».
Según Nils Bergman «La lactancia es una actividad que combina el hábitat y la oxigenación, el calor, la protección, la alimentación…va todo en el mismo paquete». También nos señala que «el contacto piel con piel y el amamantamiento van unidos, no pueden separarse, así como una madre y su criatura recién nacida NUNCA deben separarse».
Cada hospital establece unos protocolos a aplicar cuando nace un bebé. Es interesante informarse bien de los protocolos de cada hospital antes de decidir en cuál queréis dar la bienvenida al mundo a vuestro hijo. Es un momento único y en el que merece la pena pararse a reflexionar.
Si no fuera posible hacer éste piel con piel con la madre al nacer el bebé, el padre podrá estar con el recién nacido y hacer piel con piel para reproducir al máximo posible ése «hábitat» tan deseable.
2. Otro factor importantísimo a tener en cuenta es cuidar una buena colocación del bebé al mamar.
Por nuestra cultura, la mayoría de nosotras no ha visto mamar a muchos niños, no tenemos referentes. Está mal visto hacerlo en público, no es tan sencillo recibir ayuda adecuada cuando surgen problemas, de hecho es tristemente cierto que muchas veces tu bebé sea de los primeros niños a los que ves mamar. Por ello no sabemos qué tenemos que hacer y nos sentimos inseguras.
Si es tu caso y te sientes insegura o te apetece conocer un poco más sobre lactancia, te recomiendo que asistas a un grupo de apoyo a la lactancia incluso, antes de nacer tu bebé. También hay talleres especiales para embarazadas y otros muchos recursos, como las asesoras de lactancia, que te pueden ayudar y apoyar para que tu lactancia sea satisfactoria.
Si el bebé no tiene una buena colocación al mamar podría producirnos molestias, por lo que es muy importante suplir nuestra carencia de experiencia viendo mamar a otros bebés con información que nos permita sentirnos seguras.
Sentirte segura y capaz es importantísimo, ¡aprovecha los recursos de apoyo a la lactancia materna!
3. El tercer factor del que os hablo hoy es la creencia falsa de que el pecho se da con un horario establecido: cada 2 horas, o cada 3 horas o cada… Esta es una gran barrera a superar.
El bebé debe poder mamar a demanda, siempre que lo pida. El bebé sano sabe lo que necesita, y nos va a ir guiando a través de las distintas fases que tiene la lactancia. Tu cuerpo producirá la leche que el bebé pida. Cuanto más succione el bebé, más leche producirás, por lo que estará alimentado con la cantidad justa que su cuerpo necesita. Además, la leche se va adaptando de una forma maravillosa a sus necesidades.
En ocasiones nos podemos sentir desbordadas por la alta demanda de nuestro bebé, pero con las herramientas adecuadas, como un buen portabebé, podemos dar el pecho el tiempo que nuestro bebé necesite mientras hacemos otras cosas de nuestra rutina diaria.
Además debemos tener en cuenta que el bebé no solo mama para alimentarse. En tu pecho encuentra lo que necesita para desarrollarse de forma óptima. Se siente arropado, querido, calmado, saciado…en definitiva, el bebé en el pecho de su madre se siente feliz.